Tras un periodo de descanso volvemos a las andadas con un plato de los que a mi me gustan. Sencillo, aromático, vistoso, sabroso y muy pero que muy untuoso, con un ligero toque de lascivia para conseguir que la hora de comer nos lleve a ese punto un paso más allá que simplemente alimentarse. Hacer disfrutar nuestros sentidos y lograr ese clic en lo más profundo de nuestro ser que nos haga sentir afortunados y deseosos de tener algo tan sugerente y aterciopelado en nuestro paladar. Pura sensualidad del plato a la boca.
Ingredientes para 4 personas:
250 grs. de tagliolini trufados.
4 yemas de huevo.
Mantequilla.
Queso parmesano.
Trufa.
Preparación:
Cocemos la pasta al dente. La escurrimos y la colocamos en una sartén honda, añadiendo mantequilla y un poco de agua de la cocción. Mezclamos de forma que quede bien cremoso.
Emplatamos preparando un nido y ponemos la yema en el centro, rallamos en lajas el queso parmesano y la trufa.
Y listo para degustar la untuosidad de la mantequilla mezclada con la yema y el aroma a trufa.
Como dije al principio, más rápido y sencillo imposible. Y a la vez tremendamente sensual.
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