YEMAS DE SANTA TERESA

Existe un antes y un después en mi relación con los dulces. Ese después podría decirse que discurre desde aquel mágico momento de mi infancia en el que una cajita se abrió ante mi, dejando ante mi vista y mi paladar una de las mayores exquisiteces con la que he podido dar rienda suelta a la lujuria que inevitable y convenientemente debe acompañar siempre la hora de la comida.
Desde entonces siempre que voy a Avila vengo en compañía de unas cajitas, pero como siempre no es posible el viaje, de vez en cuando lo subsano mediante mi propia elaboración. Y no tienen nada que envidiar a las originales.

Ingredientes para 30 unidades:
500 grs. de azúcar.
500 ml. de agua.
24 huevos.
Ralladura de un limón.
100 grs. de azúcar glass.

Preparación:
1-Hacemos un almibar cociendo el agua en un cazo junto con el azúcar.
En el momento que comience a cocer, no se debe remover. Lo dejamos cocinando hasta conseguir un punto dde almibar de bola dura. Esto lo comprobamos cogiendo un poco del almibar y dejándolo caer en un vaso de agua fría. Si se forma una bola dura, ya está en su punto.
El almíbar es muy fácil de trabajar, si no está en su punto se deja cocer más tiempo, y si se nos pasa un poco, se añade un poco más de agua.

2-Mientras, habremos separado 22 de las yemas en un cuenco, junto con dos huevos enteros (sin cáscara...que os conozco), y la ralladura de un limón. 
Lo batimos bien.

3-Añadimos las yemas batidas al almíbar y lo removemo al fuego hasta que cuajen. Retiramos.

4- Cuando la mezcla se enfríe, la ponemos en una tabla y comenzamos a hacer bolitas cogiendo porciones con ayuda de una cuchara.
Las rebozamos en azúcar glass y las vamos colocando en mini-cápsulas de papel.

Las introducimos en el frigorífico y queda listo para dar sienda suelta a su sedosa sensualidad.

Si tenemos cajitas que se adapten a su tamaño, tenemos la presentación perfecta.